Ana Teitelbaum
Mi relación con el movimiento, con la danza. (esto no es un currículum)
Hace poco tiempo me di cuenta que mi relación con el movimiento es lo más espiritual que tengo.
Desde los 6 a los 17 años cursé mis estudios formales en danza clásica con maestros como Priscilla Reginatto, Hector Zaraspe, Alicia Cruzado, y egresé de la Escuela de Danzas de la Provincia. Mientras fui descubriendo la existencia de otra danza, le decían moderna. Ví “Nosotras y el mar” de Beatriz Lábatte y decidí lanzarme al escenario, adoptarla como maestra para siempre y seguir sus movimientos. Bailé, estudié, crecí, compartí, descubrí.
Descubro.
(Todavía conservo una libretita de apuntes sobre el tendu, el passé, Las sílfides, indicaciones de Zaraspe). Todavía escucho a mis maestros, todavía los busco, los quiero seguir y seguir escuchando. Me hablan de la vida. Algunos hablan en otro idioma y sus palabras truenan en algún lugar de mi cuerpo. En esta desordenada relación con la danza incluyo a mi maestro, el arq. Leonardo Combes, a quien también escucho, miro y no puedo dejar de mirar.
Así acurrucada a mis maestros, vigentes, luminosos, aprendí a beber de una fuente inagotable de movimiento.

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