Elba Naigeboren

Asombroso/ un escenario/ un espacio naciendo/ de luces/ rojas caramelo y/ un azul sutil/ hilo a mi ser/ ansia de despegue/ de una estación/ agrisada/ una azotea/ y nada // tenía allí guardapolvo/ siete años/ pequeños huesos y quizás/ trenzas como esa niña/ con abuela/ Graciela de la esquina. // Hubo un coche a caballo/ por la calle de Santiago/ en un alba nebulosa/ y volviendo volvía/ con la lluvia. // Posibles entre/ el primer escalón/ y el llano de llegada/ ¿a dónde?/ y Buba una muñeca/ regalada. // Y al cruzar la calle/ otros/ y descubrir moverse/ tras un martín pescador/ las manos...// Mi padre/ ¿cantándome?/ sosteniéndome/ incendiándose? // Ahora estoy/ acunando a mamá/ envuelta en/ florecillas. // Ir volver llevada/ de ciudades/ silencios // algún decir oír // guardar no palabras. // Habituarme/ a cuatro paredes/ a menor distancia/ y fluir hacia/ el fondo de la siesta/ sin fragancias. // Nueve diez años un pino/ una ventana/ la vereda clara/ niños vecinos/ absortos también en/ un verano/ ese verano/ abrí con ellos el juego/ de ser otros/ siendo/ ser teatro ver adentro // y decir. (////) Doy un salto desde esos primeros recuerdos, a estos pensamientos: En los últimos años, tras diversas experiencias a través de autores clásicos y contemporáneos, aprendiendo del trabajo compartido, y conociendo más mi ser y mis posibilidades expresivas, me he ido afianzando como mujer y como actriz, me he ido liberando de normas que ya no me servían, y he ido hallando en nuevas experimentaciones, en improvisaciones, en "permitirme" ser, un inaugural camino, un re- encuentro de la Alegría.

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