Fernanda Russo
Mi mamá me cuenta que le pedí bailar, quería ser bailarina.
Y así empecé este mágico vínculo con la danza. Arranqué en la Escuela de Danza
de la Provincia, a los 8 años. Esta primera experiencia fue algo decepcionante.
Ya de grande estudié en la Facultad de Artes, allí re-descubrí y experimenté un
movimiento más natural, la danza contemporánea me cautivó.
He tenido la posibilidad de viajar y bucear en diferentes
formas de danzas y países, y siento la fuerte convicción de que los sueños
se materializan siendo fiel a uno mismo.
Hoy vibro la danza africana, esa danza ancestral que
despertó todas mis células y un gran entusiasmo por seguir desestructurando.
Con la danza africana vuelvo al origen cada vez, me conecto con lo básico y
esencial. Actualmente vivo en Tucumán, trabajo en discapacidad y con los niños
desde el movimiento creativo, comparto la danza africana, hago Masaje Thai y
soy madre. Feliz de sostenerme y re-crearme en la danza. La danza es medicina.
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